Pero ratifica dos cosas: que me decanto por los perfumes florales y algo empolvados y que me van las fragancias dulces. El In White es todo eso: floral, algo empolvado, con la necesaria permanencia y sofisticado. Ideal para alguna ocasión especial o para días más fresquitos –ahora que se acerca el otoño, ideal-, porque es intenso y, repito, dura todo el día (recordad que esa era la principal carencia que le veía a Ambar).
El frasco me ha enamorado: redondo, con un color perlado, maravilloso, pero lo importante, la fragancia… me entusiasma. Digamos que lo primero que se capta en ella es el jazmín, que parece un poco flor de abuela, pero que en este perfume queda bien. Magnolia, Fresia blanca, algún toque cítrico… son las notas que se perciben a primera vista (u olfateada), aunque su composición es la siguiente: bergamota, hoja de bambú, flor de limonero, flor de azahar, magnolia, orquídea, flor de almendro, freesia blanca, jazmín egipcio, flor de iris, almizcle empolvado. Una delicia, repito. No dudéis en probarlo, porque además se puede encontrar a muy buen precio.
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